Usted dijo en un reciente discurso que entiende por qué los activistas del clima están alarmando a la sociedad. ¿Le preocupa el futuro de sus hijos y nietos?
Cuando analizo lo que tendríamos que hacer para cambiar el rumbo, me siento abrumado por el enorme desafío al que nos enfrentamos. No se está haciendo lo suficiente. Sin embargo, también tengo una sensación de esperanza, ya que la gran urgencia finalmente nos está obligando a tomar decisiones y a adoptar medidas específicas.
¿Todavía se encuentra con escépticos del cambio climático?
Nadie que conozca la realidad puede negar la existencia del cambio climático. Quienes lo hacen están defendiendo sus propios intereses.
Así que todos y cada uno de nosotros somos responsables.
Sí, todos tenemos que aportar nuestro granito de arena y cambiar nuestros hábitos, por ejemplo, volar menos, no comprar botellas de plástico, etc.
¿Dónde se sitúa Roche en términos de sostenibilidad?
Hemos logrado mucho en los últimos diez años. Y nuestro personal está realizando su aportación no solo porque siguen las instrucciones de sus superiores directos, sino por propia convicción.
¿Qué cambios fundamentales debemos introducir en nuestro modelo económico?
Mi objetivo es que nuestra compañía opere y crezca en armonía con la naturaleza y la sociedad, no a su costa. Los empleados de Roche tienen que saber que no estamos aquí solo para hacer dinero; estamos aquí para ayudar a las personas de forma sostenible y duradera.
Bisnieto del fundador de la compañía Fritz Hoffmann-La Roche y vicepresidente del Consejo, usted es enormemente activo en el trabajo de protección del medio ambiente.
¿Quién le influyó en este sentido?
Mi padre, Luc Hoffmann, era zoólogo y ornitólogo, y un conservacionista comprometido. Fue miembro fundador del Fondo Mundial para la Naturaleza y ocupó el cargo de vicepresidente entre 1961 y 1988. Él fue un gran ejemplo para mí. Aparte de mi padre, las dos personas que primero me vienen a la mente son empresarios: Paul Polman, exdirector general de Unilever, quien colaboró con la ONU en el establecimiento de los ODS*, y Anton Rupert, un industrial y filántropo sudafricano que luchó contra el Apartheid. Cuando era joven aprendí una lección importante de él: que es posible oponerse activamente a la tendencia dominante y tener razón.
¿Hace más apariciones públicas para concienciar al público sobre el problema?
Sí, porque no se trata solo de mí, sino de la forma en que yo como individuo puedo ayudar a resolver la mayor crisis a la que se ha enfrentado la humanidad. Mi deseo es que Roche –como una de las compañías farmacéuticas más importantes del mundo– dé un buen ejemplo en este sentido. Eso es importante para mí. Y lo haremos definitivamente.
*Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS por sus siglas, son objetivos establecidos por la ONU con el fin de garantizar el desarrollo sostenible a nivel económico, social y medioambiental. André Hoffmann lleva un pin en la solapa de su chaqueta como muestra de su compromiso con los ODS.
1. Greta
Me gusta. Es magnífico que esté tan entregada a esta buena causa.
2. La cumbre climática de París
Una historia de éxito. Lo suscribieron ciento noventa países. Sin embargo, Madrid 2019 fue un revés.
3. Extinción de especies
Una tragedia. Toda extinción es definitiva.
Desde Daca hasta Londres, nuestros empleados hablan de los desafíos climáticos a los que se enfrentan en su día a día.
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