En Roche sabemos lo que es dejar una marca con el paso del tiempo. Una marca no solo en la salud de millones de personas, sino también en la salud del planeta que habitamos. La preocupación por el medioambiente y la defensa de los ecosistemas es algo que lleva preocupando a Roche desde hace mucho tiempo, antes de que el cambio climático viniera a llamar a nuestra puerta.
Este espíritu de aliados de la naturaleza nos viene de lejos, casi podemos decir que lo llevamos en nuestro ADN. Y es que uno de los máximos exponentes en la lucha por la preservación del entorno y la naturaleza es Luc Hoffmann, nieto del fundador de nuestra compañía. De carácter humilde y apasionado por las aves, Hoffmann es una de las figuras esenciales para entender la conservación de la naturaleza en Europa, y concretamente en España.
Tal fue su ímpetu por defender y proteger estos rincones naturales que en 1960 compró miles de hectáreas del Coto de Doñana, con el objetivo de evitar el desastre que suponía el plan de desecación de las marismas y la plantación de eucaliptos del gobierno franquista. Gracias a este gesto, consiguió que otras muchas personalidades replicaran esta acción y se protegieran estos territorios de las manos de los explotadores agrícolas.
Con este hito, Hoffmann, junto a otros naturalistas de la época, puso la primera piedra para la creación de la fundación internacional más importante en la lucha por la defensa de la naturaleza: WWF. Con su creación en 1961, se pusieron en marcha diferentes iniciativas que perseguían el mismo objetivo que se consiguió en Doñana: salvar y proteger espacios naturales generadores de vida.
La fundación de WWF fue solo uno de los primeros hitos que Hoffmann ayudaría a crear. El biólogo suizo fue uno de los responsables de la creación de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife), organización de la conservación más antigua de España. Además de esto, impulsó la Convención de Ramsar, un acuerdo firmado por 169 países dirigido a proteger 2.214 humedales de todo el mundo. Se podría decir que Luc Hoffmann estuvo presente en buena parte de los primeros movimientos internacionales de defensa de la naturaleza.
La pasión de Luc Hoffmann por la naturaleza se ha visto traducida en la preservación de cientos de especies que, de no haber intervenido, se habrían visto abocadas a la desaparición. A sus 86 años de edad, el suizo recibió en Madrid la Encomienda de Número de la Orden de Isabel la Católica, una de las mayores distinciones de España. Aunque, debido a su carácter humilde y desinteresado, sin duda alguna el mayor reconocimiento que podría recibir es la certeza de que zonas como El Parque Nacional de Doñana son referentes hoy en día, llegando a proclamarse Patrimonio de la Humanidad en 1994.
La historia de Luc Hoffmann es una de esas historias que dejan una marca imborrable en el tiempo. Una marca que se sigue sintiendo hasta nuestros días y que refleja la importancia de preservar el medioambiente.
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