Buscan siempre cómo hacer sus experiencias más confortables, valorando sus opiniones para mejorar el trato. Así nacen desde iniciativas más tradicionales, como las escuelas de pacientes, hasta otras más de vanguardia, como la utilización de gafas de realidad virtual para que se evadan en mundos imaginarios mientras se les realiza una intervención. Y teniendo siempre en cuenta que a profesionales y pacientes es mucho lo que los une, y que pueden aprender mucho los unos de los otros, hasta convertirse, prácticamente, en una familia.
Humanizaron el proyecto de pacientes externos del Servicio de Farmacia, creando unas instalaciones modernas, con acceso directo desde la calle y boxes de dispensación para mantener la privacidad, además de dos consultas de atención farmacéutica para ayudar a los pacientes que inician tratamiento o requieren de un seguimiento estrecho.
Desde la irrupción de la pandemia, intentaron hacer de la UCI un lugar más humano. Para ello, la familia es un pilar fundamental. Consiguieron que estuvieran presentes, tablets para hacer videollamadas y hasta la utilización de unas gafas de Realidad Virtual, como herramienta de relajación y de distracción ante técnicas invasivas.
En pacientes que acuden de forma repetida, la atención debe ser aún más humana. Intentan que les atienda siempre el mismo médico, generando tranquilidad y confianza, crean su propia unidad de toxicidad para no tener que ir a Urgencias, mantienen muchas de las consultas presenciales incluso con pandemia...
En el centro buscan siempre resolver los retos de salud de manera innovadora y sostenible, creando un entorno de confianza y seguridad. Hacer que los elijan no solo por ser los que mejor operan, sino porque en conjunto se les trate de manera que supere sus expectativas. Porque lo primordial son las personas.
Un concierto en directo aporta emoción y sensibilidad, y en un hospital, puede generar una armonía, dar vida a lugares complicados como salas de espera, que hagan esos momentos más agradables. Aunque ahora es esporádico, la idea es incluir la musicoterapia como algo más normalizado y periódico.
En el área quirúrgica, crearon dos escuelas de pacientes para humanizar las intervenciones: una en traumatología, para las cirugías de cadera, y otra de cirugía cardiaca, donde participa el equipo que lleva a cabo todo el proceso. Para ello, usan vídeos con simulaciones del paso del paciente, en tono didáctico y emotivo.
Tras un tiempo, se dieron cuenta de que la mayoría de pacientes covid compartían secuelas, y para ahorrarles vivitas al hospital, crearon este circuito, para que en un acto único fueran revisados por todos los especialistas implicados: neumología, rehabilitación, nutrición, salud mental y post UCI, y en ocasiones medicina interna y cardiología.
Para determinados pacientes con problemas de incontinencia, se crearon grupos para compartir experiencias de cómo lidian ellos día a día con esos problemas. Son verdaderas escuelas de personas, donde los profesionales acompañan, pueden aprender nuevas perspectivas que muchas veces no tienen, y así mejorar entre todos.
La pandemia ha sacado a la luz una realidad que estaba ahí, escondida, sin que nadie le prestara atención, y que eran los problemas psicológicos que sufrían los propios profesionales. Sobre todo, los que estuvieron en contacto con pacientes covid. Para ayudarles, se desarrollaron diferentes iniciativas de apoyo.
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Proyectos pensados para las personas que acercan a pacientes y profesionales.
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