Importa ahora más que nunca, porque la pandemia por COVID19 ha supuesto un impacto negativo en el cáncer de piel.
Queremos alzar la voz para concienciar sobre esta enfermedad, incidir en el cuidado de la piel y prevenir este tipo de cáncer, el más frecuente del mundo.
La Dra. Teresa Puértolas Hernández, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, nos explica el impacto de la pandemia en los diagnósticos del cáncer de piel y sus posibles consecuencias. En concreto, nos habla de prevenir el melanoma, el tipo de cáncer de piel más peligroso, cuya detección temprana es crucial para un buen pronóstico de la enfermedad. ¿Cómo podemos detectarlo?
La pandemia ha causado nuevos hábitos de los que posiblemente no nos hayamos dado cuenta todavía. La Dra. Verónica Ruiz Salas, del Servicio de Dermatología del Hospital Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, aclara los efectos de estos hábitos cotidianos en nuestra piel y nos da una serie de consejos para prevenir posibles daños.
¿La crema solar ensucia la piel? ¿Se contrarresta el efecto de la crema protectora cuando sudamos? ¿La luz azul de las pantallas tiene algún efecto sobre la piel? La Dra. Verónica Ruiz Salas, del Servicio de Dermatología del Hospital Santa Creu i Sant Pau de Barcelona responde, desmitifica y ahonda en algunas creencias que existen alrededor del cuidado de la piel que posiblemente hayas escuchado en algún momento.
La piel es el órgano más extenso del cuerpo. La incidencia del cáncer de piel no deja de crecer en todo el mundo, por factores como la exposición prolongada al sol y el aumento en el uso de aparatos de bronceado artificial, como señalan desde la AECC.
La exposición a la radiación ultravioleta es el principal factor de riesgo del cáncer de piel, por lo que reducir esta exposición es clave para evitar posibles tumores o lesiones de nuestra piel en un futuro. Sin embargo, si se diagnostica de forma temprana, el pronóstico puede ser más favorecedor. Los avances en tecnología e investigación de la última década suponen mayor esperanza para los pacientes y un futuro más optimista.
Es fundamental acudir a las revisiones de la piel una vez al año, así como acudir ante cualquier sospecha al especialista. Pero más allá de eso, es recomendable autoevaluarse una vez al mes. Con la ayuda de un espejo y buena luz se pueden examinar la piel y los lunares. Es aconsejable seguir un orden, para no dejar ninguna parte del cuerpo sin observar. De encontrar o detectar cualquier irregularidad será necesario contactar con un profesional.
Mira tu cara, incluyendo nariz, labios, boca y por detrás de tus orejas.
Mira tu cuero cabelludo, separando el pelo en mechones.
Revisa el dorso y palma de tus manos y entre tus dedos.
A continuación fíjate en el cuello, pecho y parte superior del cuerpo, de una axila a otra.
Asegúrate de revisar la zona entre las mamas y por debajo de las mismas.
Utiliza un espejo de mano para revisar la espalda desde el cuello hasta el sacro.
Examina los glúteos y la parte posterior de las piernas.
Para terminar revisa las plantas de tus pies y el espacio entre los dedos.
Los tres principales tipos de cáncer de piel son el carcinoma de células basales, carcinoma de células escamosas y el melanoma, aunque existen otros tipos menos frecuentes. Los síntomas del cáncer de piel son variados. Debemos prestar atención a heridas como llagas y costras que no terminan de curarse, úlceras, bultos o nódulos, irritaciones y cambios en la textura y color de la piel, bien sean decoloraciones, rojeces o manchas. Además, debemos reconocer cuándo un lunar sufre algún cambio de cualquier tipo y tener siempre en mente la regla del ABCDE: Asimetría, Bordes irregulares, Color, Diámetro y Evolución del lunar.
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