Ocrelizumab demostró una supresión rápida de los signos de actividad de la enfermedad en el cerebro en pacientes con las formas recurrentes de Esclerosis Múltiple (EMR)
En los pacientes con RMS temprana – recién diagnosticados y sin tratamiento previo- Ocrelizumab fue superior interferón beta -1a en el control de la actividad de la enfermedad
Disminuyó la fatiga asociada a la enfermedad en pacientes con Esclerosis Múltiple Primaria Progresiva (EMPP)
En estudios complementarios con más de 2.200 pacientes en EMR y EMPP continúo mostrando un perfil favorable de riesgo-beneficio
Roche ha anunciado nuevos datos de los diferentes programas de investigación clínica con Ocrelizumab durante la 69º Reunión Anual de la Academia Americana de Neurología (AAN, por sus siglas en inglés) que se está celebrando en Boston (Massachusetts). Las presentaciones destacaron nuevos resultados de eficacia y seguridad de los estudios fase II y III con Ocrelizumab, así como de ensayos complementarios. Los resultados de estos cuatro estudios refuerzan aún más a esta terapia como una potencial opción de tratamiento para las formas recurrentes (EMR) y Primaria Progresiva (EMPP) de Esclerosis Múltiple.
Tal y como ha señalado la doctora Ester Moral, coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Desmielinizantes de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y jefa del Servicio de Neurología del Hospital Moisès Broggi de Barcelona, "los resultados son francamente buenos en las formas remitentes recidivantes y esperanzadores en las formas progresivas, en las que hasta el momento estábamos huérfanos, en cuanto a tratamiento se refiere. Con los datos disponibles de tolerabilidad y seguridad, podría convertirse en un fármaco de amplio espectro y muy interesante dentro del panorama del tratamiento de la enfermedad".
Durante las ocho primeras semanas de tratamiento, Ocrelizumab redujo la tasa de recaídas en un 55% en comparación con interferón beta -1a (p=0,0045), según un análisis conjunto de los estudios fase III OPERA I y OPERA II en pacientes con EMR.
En otro estudio fase II, realizado en pacientes con Esclerosis Múltiple Remitente Recurrente (EMRR), Ocrelizumab demostró, en comparación con placebo, una supresión rápida y casi completa de los signos de actividad de la enfermedad en el cerebro (lesiones vistas por Resonancia Magnética) a las ocho semanas de tratamiento, incluyendo nuevas áreas activas de daño (lesiones en T1 con captación de gadolinio) y las lesiones hiperintensas en T2 nuevas o con aumento de tamaño.
Los análisis adicionales de los estudios fase III OPERA I y II demostraron la eficacia de Ocrelizumab en pacientes con EMR temprana (recién diagnosticada y sin tratamiento previo). Ocrelizumab suprimió más del 90% de las lesiones cerebrales activas (vistas por RM) en comparación con interferón beta-1a (p<0,0001) durante un periodo de tratamiento de más de dos años.
En este mismo grupo con EMR temprana, Ocrelizumab también incrementó en un 76% el número de pacientes que alcanzaron No Evidencia de Actividad de la Enfermedad (NEDA, por sus siglas en inglés) en comparación con interferón beta-1a (p<0,0001) en los más de dos años de tratamiento. Se considera que un paciente alcanza una situación de NEDA cuando no sufre recaídas, ni progresión de la discapacidad neurológica, ni nuevas lesiones en T1 con captación de gadolinio, ni lesiones hiperintensas en T2 nuevas o con aumento de tamaño. Estos datos coincidían con los resultados de NEDA ya observados en la pacientes tratados con Ocrelizumab.
En este contexto, el doctor Stephen Hauser, responsable del Comité Científico de los estudios OPERA y director del Instituto Weill de Neurociencias y del Departamento de Neurología de la Universidad de California (San Francisco) ha comentado que, “el rápido efecto observado con Ocrelizumab en los ensayos clínicos proporciona una visión de cómo esta terapia, recientemente aprobada por la Food an Drug Administration (FDA, por sus siglas en inglés), podría cambiar la forma de tratar la esclerosis múltiple. Es alentador ver cómo, tras la aprobación de la FDA para las formas recurrente y primaria progresiva de la enfermedad, todos los datos disponibles muestran su perfil favorable de riesgo-beneficio”.
En un análisis conjunto de los datos de estudios complementarios fase III en EMR, los pacientes que cambiaron del tratamiento con interferón beta-1a a Ocrelizumab experimentaron una reducción de las tasas de recaída (tasa anual de recaídas no ajustada después del cambio de tratamiento de 0,102) y del número de lesiones en el cerebro (el número medio de lesiones activas (T1 detectadas con gadolinio) fue de 0,01 y el de lesiones nuevas o con aumento de tamaño T2 de 0,37, después del cambio de tratamiento). Asimismo, los pacientes que fueron tratados desde el inicio con Ocrelizumab mostraron un beneficio mantenido después de tres años.
En relación a iniciar lo antes posible el tratamiento, la doctora Moral ha explicado que, “cuando un neurólogo decide que un paciente debe iniciar tratamiento es porque considera que la enfermedad está activa. Por lo que esperar meses para obtener un efecto no siempre resulta fácil, ya que el paciente puede estar expuesto a sufrir nuevos brotes o a que aparezca actividad radiológica. Por este motivo, disponer de una terapia que resulte efectiva desde casi la cuarta semana de administración, con un claro efecto sobre la RM supone, un hecho diferencial y podría tener un impacto en la forma de tratar la enfermedad."
En la EM existe una fase subclínica en la cual la enfermedad va evolucionando sin haber presentado apenas signos clínicos. “Sin embargo”, subrayó la doctora Moral, “debemos realizar un diagnóstico diferencial exhaustivo para excluir otros posibles diagnósticos. Una vez hecho esto, sin duda lo mejor es tratar cuanto antes mejor pues ‘tiempo es cerebro’.
En el estudio ORATORIO, los pacientes con EMPP con progresión de la discapacidad experimentaron un mayor aumento de la fatiga a causa de la enfermedad (p=0,0003), lo que pone de manifiesto la importancia de prevenir la progresión de las esclerosis en pacientes con esta forma de esclerosis. Por otra parte, los pacientes que fueron tratados con Ocrelizumab en los que no se produjo una progresión de la discapacidad mostraron una reducción significativa en la fatiga en comparación con placebo (p=0,0337).
En estudios complementarios con más de 2.200 pacientes con EMR y EMPP, el perfil de seguridad de Ocrelizumab fue consistente con el ya observado en periodos controlados de tratamiento. Los efectos secundarios más frecuentes asociados a Ocrelizumab en todos los estudios fase III fueron reacciones a la infusión e infecciones de tracto respiratorio superior, que en su mayoría fueron de leves a moderadas.
Ocrelizumab está aprobado en Estados Unidos; y su solicitud de aprobación ha sido validada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) y está actualmente bajo revisión.
OPERA I y OPERA II en las formas recurrente de esclerosis múltiple
OPERA I y OPERA II son estudios internacionales multicéntricos fase III, aleatorizados, doble ciego y con doble simulación, que evalúan la eficacia y seguridad de Ocrelizumab (en dosis de 600 mg administradas por infusión intravenosa cada 6 meses) frente a interferón beta-1a (en dosis de 44 microgramos administradas por inyección subcutánea tres veces a la semana) en 1.656 pacientes con EMR.
En estos estudios, la EMR fue definida como Esclerosis Múltiple Remitente Recurrente (EMRR) y Esclerosis Múltiple Secundaria Progresiva (EMSP) con recaídas.
El porcentaje de pacientes que sufrió efectos secundarios e infecciones graves fue similar en ambos grupos (los tratados con Ocrelizumab y los que recibieron dosis altas de interferón beta-1ª).
Sobre el estudio ORATORIO en esclerosis múltiple primeria progresiva
ORATORIO es un estudio internacional multicéntrico fase III, aleatorizado, doble ciego, que analiza la eficacia y seguridad de Ocrelizumab (en dosis de 600 mg administradas por infusión intravenosa cada 6 meses, con una pauta de dos infusiones de 300 mg cada dos semanas) frente a placebo en 732 pacientes con EMPP.
El periodo de tratamiento ciego del estudio continuó hasta que todos los pacientes habían recibido la terapia con Ovrelizumab o placebo al menos durante 120 semanas y se alcanzó un número predefinido de eventos de progresión confirmada de la discapacidad (PCD).
El porcentaje de pacientes que experimentaron efectos secundarios y efectos secundarios graves fue similar en ambos grupos.
Esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica para la que actualmente no existe cura. Se estima que afecta a unos 2,3 millones de personas en todo el mundo.
La EM se produce por una alteración del sistema inmune que ataca a las estructuras de aislamiento y apoyo que rodean las neuronas del cerebro, la médula espinal y el nervio óptico, provocando inflamación y las consiguientes lesiones.
El daño neuronal puede provocar una amplia sintomatología como, debilidad muscular, cansancio y problemas de visión, que pueden conducir a una discapacidad progresiva.
La mayoría de los afectados experimentan su primer síntoma entre los 20 y los 40 años de edad, siendo esta enfermedad la principal causa de discapacidad no traumática en adultos jóvenes.
La EM remitente-recurrente es la forma más común de la enfermedad. Puede estar activa y mostrar progresión incluso aunque los pacientes no muestren signos o síntomas de la EM y pese a la existencia de tratamientos para las recaídas.
Aproximadamente, el 85% de los pacientes con EM son diagnosticados inicialmente con EMRR. La mayoría de estos pacientes irán evolucionando a EMSP, en la que experimentan un empeoramiento constante de la discapacidad a lo largo del tiempo. Las formas de EMR incluyen a pacientes con EMRR y pacientes con EMSP que continúan experimentando recaídas. La EMPP es una forma debilitante de la enfermedad, caracterizada por un empeoramiento continuo de los síntomas, pero generalmente sin periodos diferenciados de recaída y remisión.
Aproximadamente, el 15% de las personas con diagnóstico de EM padece la forma primaria progresiva de esta enfermedad. Hasta ahora, no había ningún medicamento autorizado para la EMPP.
Las personas con EM experimentan actividad de la enfermedad -inflamación en el sistema nervioso y pérdida permanente de células nerviosas en el cerebro- incluso cuando sus síntomas clínicos no son evidentes o no parecen estar empeorando.
Un objetivo importante del tratamiento de la EM es reducir la actividad de la enfermedad tan pronto como sea posible para disminuir la rapidez con que la discapacidad de una persona progresa.
A pesar de los tratamientos modificadores de la enfermedad (TME) disponibles, algunas personas con EMR continúan experimentando actividad de la enfermedad y progresión de la discapacidad.
"Desde hace unos años, trabajamos con el concepto de ‘ventana terapéutica’, que es muy utilizado en otras enfermedades, como por ejemplo las reumatológicas. Según este criterio, disponemos de un tiempo limitado durante el cual si actuamos rápido y bien podríamos frenar la evolución de la enfermedad a una fase progresiva", concluyó la doctora Moral.
Ocrelizumab
Ocrelizumab es un anticuerpo monoclonal humanizado, en fase de investigación, diseñado para actuar selectivamente sobre los linfocitos B CD20-positivos. Estos linfocitos son un tipo específico de célula inmunitaria que podrían contribuir de forma clave a los daños en la mielina (que aísla y soporta las células nerviosas o neuronas) y en los axones (una parte de las neuronas), lo que puede provocar discapacidad en las personas con EM.
Estudios preclínicos indican que Ocrelizumab se une a las proteínas de las células CD20 presentes en determinadas células B, pero no en las células madre ni en las plasmáticas, y por tanto se podrían preservar funciones importantes del sistema inmune.
Ocrelizumab se administra por infusión intravenosa cada seis meses; la primera dosis, en dos infusiones de 300 mg administradas con dos semanas de diferencia, y las posteriores, en una única infusión de 600 mg.
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